El periodista y conductor de radio y televisión argentino, Sergio Lapegüe (1), cuenta una historia de vida. La Historia del joven que quería ser piloto de avión.
Sergio no conoció la historia del joven por boca de otra persona. Él fue parte de esta historia.
Comienza relatando cuándo conoció a este muchacho. Fue cuando entregaba diarios al canal donde Lipegüe trabajaba. «Tendría solo 16 años en ese entonces», dice. Un día viene este muchacho diciéndole: «Yo quiero ser piloto de avión».
A los cuatro o cinco años de esto, el muchacho se convierte en remisero. Remisero es una especie de chofer de taxi en Argentina. El padre era remisero y le dijo al hijo: «Acá tenemos que trabajar todos para pagar la comida».
Desde ese entonces el joven se transformó en remisero del periodista para hacer sus notas de noticias.
Para ese entonces el joven le seguía diciendo que quería ser piloto de avión.
Con lo poco que ganaba de remisero juntaba algunos «pesitos» para poder pagar su curso de inglés. Él no pudo estudiar inglés antes y para ser piloto de avión necesitaba saber inglés.
Fue remisero de Lapegue por 8 o 9 años. En todo ese tiempo seguía tratando saber todo el tema sobre el vuelo. El padre le había dicho al hijo: «Que vas a poder ser piloto de avión si subís a una escalera y te mareás».
Esas palaras lo motivaron más para seguir aprendiendo.
Hizo varios cursos pequeños y estudió meteorología y se convirtió en meteorólogo. Porque sabía que era importante para pilotar un avión. Comenzó a aprender con simuladores de vuelo, se convirtió en instructor de vuelo.
Pero claro, dice el periodista, era muy difícil aprender a volar esos grandes aviones. Apenas podía pagar aprender en esos pequeños aviones. Todavía era remisero de Lapegue, lo que ganaba apenas le alcanzaba.
El conductor de televisión cuenta como saliendo del programa a la 1 de la mañana lo recogía al canal. En una oportunidad recuerda como al entrar al «Taxi» en vez de tener música en la radio escuchaba otra cosa. Escuchaba grabaciones de cómo se comunicaban los pilotos a la torre de control para aprender.
Los fines de semana, él dejaba su trabajo de remisero e iba a trabajar en un pequeño aeropuerto. Pero no de piloto, Él iba a controlar el tema de los pájaros. Los pájaros son preocupantes para los aviones. Él usaba su conocimiento de meteorólogo y aprendía.
Un día el periodista le dice: «Por qué no me das tu Curiculum, yo conozco alguien en Aerolíneas Argentinas que tal vez pueda hacer algo. Él agarró el curriculum y lo llevó a la compañía aérea. Con emoción se entera que lo llaman para hacer una prueba, pero lo rebotan. No pudo pasar. Pero si había 10 puestos para 400 aspirantes el quedó como el número 11. Por muy poco no pasó.
Pero la historia del joven que quería volar no termina allí. Siguió insistiendo. Entró luego como controlador de vuelo de una compañía muy pequeña. Manejaba los turnos de los pilotos y las azafatas, mientras continuaba trabajando como remisero.
Pasaron los años y dejó de verlo. Hasta que en un viaje reciente a Estados Unidos mencionan el nombre del piloto, Marcelo Raumin (2). Su Remisero.
El periodista se emocionó.
(2)
Dijo «Piloto de Aerolíneas Argentinas». Hacía viajes a New York y Europa.
El periodista le toca la puerta y Marcelo le dice: «Yo era tu remisero». «Ahora sigo siendo remisero pero de un avión», dijo.
La Historia del joven que quería volar se hizo realidad. Los sueños si se pueden alcanzar con esfuerzo.
Recursos externos:
(1) es.wikipedia.org
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