La cura para la ceguera increíblemente podría provenir de las algas, técnicamente.
Chlamydomonas reinhardtii es simple, un alga unicelular verde que vive en el agua y en la tierra.
Tienen un cuerpo redondo, dos colas de látigo y un solo ojo primitivo — ni siquiera un ojo, realmente, una mancha, que utilizan para buscar la luz del sol para la fotosíntesis, según Wired.
Como los ojos humanos, sin embargo, esa mancha hace uso de las proteínas sensibles a la luz. Una de ellas se llama channelrhodopsin-2 y es esta proteína de algas, trasplantada en la retina humana, que podría un día recuperar la vista a los ciegos.
Y esto no es sólo un sueño novedoso: el mes pasado, la FDA aprobó ensayos clínicos en humanos para la empresa RetroSense de Ann Arbor.
Sí, esto suena bastante loco, pero no del todo. Channelrhodopsin-2, es una estrella de rock en el mundo de la neurociencia. Durante la última década, los neurocientíficos han estado usando esta proteína para hacer que las neuronas reaccionen a la luz.
Las neuronas no responden normalmente a la luz — dado que están atrapadas dentro de cráneos y todo, pero codificando genéticamente la proteína en las neuronas, los científicos pueden fácilmente probar los circuitos cerebrales con la luz, una técnica conocida como optogenetics.
Si channelrhodopsin-2 funciona en las células del cerebro, ¿por qué no las células del ojo? Y RetroSense planea utilizar optogenetics en seres humanos por primera vez, reclutando a 15 pacientes ciegos por la enfermedad genética retinitis pigmentaria para su ensayo clínico.
«Estamos tratando de conseguir despegar este año en el otoño,» dice el CEO Sean Ainsworth.
RetroSense utiliza un virus para introducir copias del gen channelrhodopsin-2 en las neuronas de la retina interna, que normalmente no son sensibles a la luz.
(Los bastones y conos son las células sensibles a la luz generalmente). Esta es la terapia génica y la terapia génica para curar la enfermedad ocular genética no es una idea radicalmente nueva.
En varios ensayos clínicos, los investigadores han inyectado virus llevando una copia normal de un gen de copia defectuosa de un paciente para restaurar la vista.
Aquí radica la diferencia aunque RetroSense no introduce un gen de otro ser humano, otro mamífero, o incluso otro animal, sino de un alga.
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